domingo, 24 de octubre de 2010

VIAJE A EGIPTO: LUNES, EL PRIMER DIA DEL VIAJE: LLEGADA A LUXOR

Nos recoge un autobús y nos dirige al interior del aeropuerto, donde nos esperan para rellenar los visados y la documentación pertinente. Un visado que luego pagaríamos a 34 Euros y sin el cual no se puede entrar y salir del país. También hay unas tasas de aeropuerto que nosotros ya llevábamos pagadas con el paquete de viaje.

¡Puf¡… La barrera del idioma nos resulta infranqueable, menos mal que ya nos están esperando en el aeropuerto los enlaces de nuestra compañía. Ellos nos dirigen, nos clasifican por grupos de hoteles y naves.
La primera impresión al llegar al aeropuerto es fortísima, ¿Dónde nos hemos metido?, ¿que es esto?, estamos en otro mundo. Este aeropuerto no tiene nada que ver con todos los que habíamos visto con anterioridad (siempre habían sido europeos).
Estamos a la puerta del aeropuerto tras pasar el control de visados y nos informan de que cada uno coja sus maletas y que seguramente nos abordarán los maleteros para transportárnoslas y cobrar una propina. Desde la puerta les vemos a unos 100 metros y entre ellos y nosotros unos policías (policía turística), vestidos de blanco y armados con metralletas, que no se si nos dan mas miedo ellos o el conjunto de medidas de seguridad. Al final llegamos a nuestro autobús, y no ha pasado nada en absoluto.
Comienza el viaje en autobús en dirección a la motonave que nos cobijará durante las próximas cuatro noches de estancia en el crucero por el Nilo.
El viaje buscando las naves no tiene desperdicio, no paramos de observar cuan diferente es Luxor de Valencia. Muchas casas sin techo, cubiertas de cañas y ramas de palmeras, sin apenas luz en su interior y casi todas con parabólica. Muchas de ellas no disponen de ventanas. La gente está sentada en la calle, mirando pasar el escaso tráfico que está compuesto por coches que aquí no pasarían la ITV y motos de marca China, de escasa cilindrada, en la que viajan dos o tres personas. La mayor parte de la gente que vemos son hombres de edad adulta y algunos chicos, mujeres apenas se ven.
Sólo se ve asfaltada la calle por la que circulamos, las demás se ven de tierra, bastante descuidadas y con muchos edificios a mitad construcción. También destaca la gran cantidad de minaretes que se observan, es como nuestros campanarios pero en su religión. El nombre de minarete es lugar desde donde se llama a la oración.
Se que la descripción del paisaje es extensa, pero era para verlo, era todo nuevo para nosotros. Como era de noche, no pudimos hacer fotos, por eso hago una descripción tan extensa.
El autobús surca las calles y mediante el claxon advierte a los motoristas, carros y vehículos de escasa cilindrada de su presencia. Parece ser que aquí tiene preferencia el vehículo que más tamaño tiene.
Hemos tardado cerca de una hora en llegar a nuestro destino, y si algo hemos sacado en claro es que no saldremos solos de noche por la ciudad. A pesar de ello estamos deseando empezar a ver Egipto a la luz del sol.
Al llegar al barco tras varias paradas en las que han descendido varias personas en diferentes naves, nos estaban esperando para realizar una pequeña explicación de que vamos a realizar el día siguiente y nos dejan ir a la cena y a descansar.
Las cenas en el recorrido con nave las tenemos pagadas, pero no incluyen las bebidas ni el café.
Para mañana hay prevista una visita a los templos de Karnak, Luxor y una visita opcional al valle de los reyes y el templo de Hatsetsup, que hemos contratado sin dudarlo.
Nos dirigimos a la habitación que nos ha correspondido por sorteo en nuestro barco, el FLORENCE de ***** y categoría Lujo Standard. Si tengo tiempo ya colocaré un artículo de cómo funciona el tema de las estrellas en Egipto puesto que puede llevar a confusión.
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La habitación y el barco no están mal, aunque a mi gusto son demasiado Titánic y ha mi me hubiese gustado más funcional, pero no vamos a estar quejándonos de todo, que aquí venimos a disfrutar.
Nos presentan al que va a ser nuestro guia durante el viaje, y que terminaría siendo como un miembro de una nueva gran familia, "TAREK", un gran profesional y un gran hombre.
En cuanto a la primera cena a bordo, nos encontramos un poco extrañados cuando al ir a cenar el jefe del restaurante nos va distribuyendo en las mesas que el considera, según su gusto y sin posibilidad de negociación. A nosotros nos correspondió con una pareja de Navarra, a los cuales quiero saludar desde aquí, si es que algún día llegan a leer esto, con la que compartimos el resto de comidas durante el crucero por el Nilo.

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(esta es otra habitación, de la nuestra no tenemos fotos)

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